Alonso Roffbar
El espacio ha sido utilizado con una inteligencia casi mágica, y los materiales seleccionados con un ojo artístico, convirtiendo este edificio en el refugio ideal para aquellos que buscan la comodidad de la vida moderna envuelta en un manto de elegancia. En el nivel superior, una ventana horizontal alargada se extiende a lo largo de casi toda la fachada, como una línea de horizonte que abre el interior al mundo exterior, inundando los espacios con luz y ofreciendo vistas que se despliegan como un panorama infinito.
Este edificio residencial es un canto a la modernidad y al minimalismo, donde cada detalle susurra funcionalidad y estilo, integrando con gracia los elementos naturales, líneas puras y una estética refinada para crear un hogar que es tanto práctico como bellamente estilizado.
Este proyecto no es solo una construcción, es una declaración de cómo la arquitectura puede ser un puente entre la funcionalidad cotidiana y la belleza atemporal, creando un santuario urbano que resuena con serenidad y sofisticación.